Verás.
¿Qué tiene en común Ramón y Cajal con Arnold Schwarzenegger?
¿Santiago era austriaco?
Pues no.
¿Arnold es neurocientífico?
Tampoco.
Ambos practicaban….
Culturismo.
Ya sabes, levantar pesas.
Espera…
¿Ramón y Cajal?
¿El ganador del premio Nobel de Medicina?
Eh, sí y… sí.
Para ser sinceros yo también me sorprendí al saberlo.
Este no es un caso único.
Alan Turing, pionero de la informática, corría maratones casi a nivel olímpico.
Roger Bannister, destacado neurólogo, fue la primera persona en correr la milla en menos de 4 minutos.
Podría seguir citando a más científicos, escritores y artistas que hicieron del deporte una parte fundamental de su desarrollo personal.
Gente inteligente.
Gente fuerte.
Ellos lo entendieron.
Nosotros, en algún momento, lo olvidamos.
“No tengo tiempo para hacer ejercicio.”
“Ya hago suficiente actividad en el trabajo.”
“Correr es de cobardes.”
Excusas.
Las he escuchado todas.
Y además…
Nos convencimos de que el deporte le quitaba tiempo al estudio, al trabajo o a la familia.
Era prescindible.
Todavía hay gente que lo cree.
Pero…
El ejercicio favorece la neurogénesis, la memoria y la concentración.
Por si estás estudiando.
Libera endorfinas, así que mejora el estado de ánimo y reduce los síntomas de ansiedad y depresión.
Por si el estrés te está ahogando.
La perseverancia, la paciencia, la cooperación y la superación personal son valores propios del deporte.
Por si tienes niños, adolescentes o personas mayores a los que quieres cuidar.
Escucha…
Todavía hay más beneficios.
Esta es solo una pequeña muestra.
Yo entreno por todo eso y, además:
No quiero que mis hijos tengan que cuidar de mí.
Quiero poder cuidar a mis nietos.
El deporte no es opcional, es necesario.
Vamos, a moverse.
Que se puede hacer deporte y ser inteligente.
De hecho, lo inteligente es hacer deporte.
Venga, que mañana es tarde.
«Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, gatea. Pero hagas lo que hagas, sigue avanzando.»
[Martin Luther King Jr.]
Feliz semana.
Rober.

