Verás,
¿A ver si adivinas el cuento?
Una niña, tres osos… ¿Quién ha probado mi sopa?
¿Lo tienes?
A mí me pasó algo parecido.
¿Con la sopa?
No.
Con un maletín.
Pero no uno cualquiera.
Uno con 20 kilos de fuerza y progreso dentro, parte del material que uso para entrenar.
El caso es que un día vi que alguien lo había usado…
Estaba mal cerrado y se había deformado.
¿Ricitos de Oro?
Bueno, en realidad no necesitaba preguntar.
—Hijo, ¿puedes venir?
—Un momento.
Con 16 años, un momento puede ser un periodo de tiempo… digamos, amplio.
—¿Por qué has usado mis cosas sin permiso?
Está mal cerrado y ahora no encaja.
Además:
¿Qué ejercicios hiciste?
¿Quién te los enseñó?
¿Qué sabes tú de entrenamiento?
La próxima vez, pide permiso.
Para un padre, un momento también puede ser suficiente para darse cuenta de todas las cosas absurdas que se le pasan por la cabeza.
¿Me iba a enfadar porque mi hijo quería entrenar?
No debería.
¿Y por cerrarlo mal?
Todo se rompe, antes o después.
Tocó antes.
Ah, bueno… pero los ejercicios.
Internet, YouTube, ChatGPT… ¿qué quieres que te diga?
Lo que hice fue felicitarle:
Por tener iniciativa.
Por buscar soluciones.
Por no quedarse quieto esperando que alguien le diga qué hacer.
Eso sí, también aprendió algo importante:
Que, aunque tenga acceso a toda la información, no puede saberlo todo, ni avanzar solo.
Necesita a alguien que lo acompañe,
que lo oriente,
que le enseñe cómo recorrer el camino.
Ahora que sabe más,
yo seguiré enseñándole:
A entrenar.
A ser constante.
A planificar…
Habilidades que también enseñamos en nuestras formaciones.
Pero que, por sí solas, no hacen a un instructor.
Entender las motivaciones y los miedos de las personas a las que entrenas…
eso es aún más importante.
Porque no entrenamos cuerpos.
Entrenamos personas.
Mi hijo ya lo sabe.
Y también sabe cerrar bien el maletín.
«La educación no es llenar un balde, sino encender un fuego.»
[William Butler Yeats]
Feliz semana.
Rober.
PD1:
Puedes tener un maletín lleno de ejercicios…
pero también de herramientas para entrenar con sentido.
Si tú también quieres entrenar personas —no solo cuerpos—, nuestras formaciones te ayudarán.
No dejes que te coman la sopa.
Escríbenos y entrena con criterio.
Formación profesional en Pilates León.
Para enseñar bien. Para preparar mejor.
PD2:
No son 20, pero estos 5 kg no te los vas a poder quitar de encima.
No te cuento más. Tendrás que leerlo en el blog… pero con cabeza.
¿Te ha hecho pensar?
Reenvíalo a alguien que lo necesite.
A veces, una idea sencilla cambia muchas cosas.